domingo, 25 de marzo de 2012

Little things make the diference...

Cuando era pequeña, aprendí a sumar y restar, a conjugar verbos y hablar bien, a la velocidad a la que tiene que ir un cuerpo para alcanzar a otro, cómo es el ser humano o las reacciones que se dan en el.
Al principio, todos esos conocimientos me parecían inútiles, creía que en la vida, jamás, los iba a necesitar.
Ahora me doy cuenta de lo importante que es saber esas cosas.
Sé como sumar uno y uno, también como restar dos menos uno.
Hablo perfectamente y sé cuando utilizar el "nosotros" o, si lo necesito, sólo el "yo".
Comprendo, al fin, que iba demasiado rápido y que el golpe iba a ser duro.
Ya conozco los puntos débiles de mí misma y que, si alguna vez me gustaste, no fuiste tú, sino que era a causa de la química.
Pero no todo lo aprendí en el colegio: no me enseñaron el daño que te pueden causar esos conocimientos.
No me gusta saber que "nosotros" menos "tú" es igual a "yo", que "tú" más "otra" es igual a "vosotros".
Y, a veces, pongo en duda lo que me enseñaron cuando me opongo a pensar que fue la química lo que nos unió y no el destino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario